jueves, 20 de diciembre de 2012

UN BARBA EN EL ESCENARIO


Los que gusten del teatro clásico, sabrán que un barba es ese personaje que permanece callado durante toda la función, embutido en su traje de época. No debemos confundirlo con el figurante o comparsa, pues éste, aunque no hable, puede moverse por el escenario. El barba no; permanece estático bajo la diabla, con la mirada fija en un punto inconcreto. No habla, pero oye. No tiene parlamento, pero, a fuerza de escucharlos, se sabe al dedillo el de todos los personajes de la obra. Después de varias representaciones, sabe cuando un actor ha equivocado su diálogo, o cuando ha metido una morcilla por causa de un olvido momentáneo en su monólogo. Pero no dice nada, sólo calla, otorga, sufre, y pide que, para el buen fin de la representación, aquellos errores no vuelvan a producirse.          

DOR.

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