jueves, 27 de diciembre de 2012

CON EL BOLO COLGANDO


Después de más de treinta años de inmersión lingüística en la comarca de La Sagra toledana, he constatado que una sola palabra, dependiendo de su uso y entonación, puede tener, y de hecho así es, variopintos significados. El lector – habilidoso en la comprensión – ya habrá colegido que la palabra a la que me refiero es bolo. De origen incierto y significado amplio, este corto, sonoro y rotundo vocablo forma parte del sentir de los toledanos, y la medida y compás en su  utilización indicará el grado de serenidad o irritación del que lo utiliza. Decir que se utiliza como expresión coloquial, de igual forma que picha (Andalucía) o maño (Aragón).

Varias son las leyendas –y de tal forma debemos considerarlas- que se disputan el origen del vocablo. Por orden cronológico, las más conocidas son:

-          La abjuración del arrianismo por el rey visigodo Recaredo y su conversión al catolicismo, hacia el 589, en el III Concilio de Toledo. Durante el juramento, Leandro de Sevilla preguntó:"¿Queréis abrazar la verdadera fe católica?" El rey, durante su juramento, dijo: "Ergo, volo..." (Por tanto, quiero...) 
-          El arzobispo de Toledo, Egidio Álvarez de Albornoz y Luna, funda, en el año 1364, en la ciudad italiana de Bolonia, el  Colegio Mayor de San Clemente de los Españoles. Pasó a llamarse Real el seis de enero de 1530, cuando Carlos I de España - pocos días antes de ser coronado Emperador - le otorgó protección regia, para mayor garantía del cumplimiento de los fines fundacionales. Hoy, la fundación es el único de los colegios universitarios medievales que subsiste en la Europa continental. Desde su fundación, muchos fueron los españoles que, becados por el Colegio, se doctoraban en la Universidad de Bolonia, y una de sus señas de identidad era estar orgullosos del nombre por el que eran conocidos: los bolonios. A los toledanos que regresaban con el doctorado terminado, imagino que por aquello de la degeneración del lenguaje, les llamaban bolos.
-          Bien conocida es la fama del acero toledano; su excelente temple fue conocido en todo el mundo. Pero la industria armera de Toledo se surtía de aceros que suministraban las acerías vascas. El material en bruto consistía en unas bolas de acero al carbono que en la jerga siderúrgica se denominaban bolos. Tantos eran los envíos a la Fábrica de Armas, que los vascos se referían a Toledo como la provincia de los bolos. 

Los significados son diversos, dependiendo de la formalidad de la conversación y de su entonación. Aunque el DRAE, en su novena acepción, lo considera nombre común masculino, la realidad toledana nos dice que es un nombre ambiguo, o sea, se emplea de igual forma para el masculino que para el femenino. He aquí algunos de sus usos:

-          Para el DRAE es un hombre ignorante y de escasa habilidad, y con ese significado también se utiliza en Toledo. Además recoge un significado de origen filipino: Cuchillo grande, de hoja larga, empleado como arma, para cortar ramas o como instrumento de labranza. Este bolo filipino vendría a explicar uno de los significados del título de este escrito. Parece que, durante la guerra de Filipinas, las tropas españolas utilizaron este machete. Llevarlo al cinto sería “andar con el bolo colgando”. Pero para un toledano, la expresión: Tú ándate con el bolo colgando, significa no descuidarse para evitar posteriores problemas.
-          Cuando, en una conversación, tu escuchante te suelta: ¡Anda bolo! o ¡No jodas, bolo!, da por sentado que no da crédito a lo que estas diciendo.
-          Aunque parezca un contrasentido, si la tontuna de alguien es de categoría, sin remedio, dirán: Ésa - o ése- es medio bolo.
-           Si alguien dice: ¡Es mu bolo!, está significando un sentido de ingenuidad o candidez de la persona aludida.
-          En una conversación de dos personas amigas, si una de ellas quiere reprender cariñosamente a la otra, simplemente le dirá: ¡¡Bolito!!  Y ya, en el colmo de la rechifla, le espetará: ¡Anda, bolis…!
-      Cuando un toledano, en una tertulia, se quiere referir a la necedad supina de un ausente, sentenciará: ¿Quién?, ese es más bolo que tres pegaos.

No debemos olvidarnos de su connotación sexual. Es evidente que también se refiere al órgano sexual masculino. De hecho la expresión: ¡Tócate el bolo! tiene el mismo significado que ¡Tócate los cojones!  Y si alguien quiere dar a entender que con buenos medios se consiguen excelentes fines, un toledano, con rotundidad, dirá: ¡Con buen bolo, bien se jode!
     
DOR

1 comentario:

  1. En aviación se utilizaban antenas de cable retráctil, que tenían una bola de plomo (bolo) en el extremo, esta antena se largaba en vuelo y se recogía antes de aterrizar, cuando a un piloto se le olvidaba y se le veía venir con la antena arrastrando, se decía lo de: viene con el bolo colgando, por lo que ir descuidado era ir "con el bolo colgando"

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